Carreteras Para Los Ricos

Siendo domingo, y en la necesidad de escoger zapatos atléticos para mi esposa, decidimos darnos la vueltecita por la nunca bien ponderada Ruta 66, otro símbolo de como van las cosas en nuestro querido McOndo. No se puede decir más que gracias al gobierno y a los planificadores por la gran conveniencia de ponerse en los "factory" outlets de Belz en corto tiempo. Aunque no entraré en los méritos ambientales de este megaproyecto de la era Rosselló, si me puedo aventurar a decir de que en Puerto Rico los grandes proyectos viales como éste nos llevan por la "ruta" equivocada. No solamente por el costo oneroso de los mismos, sino por la gran codicia de los gobiernos de turno. Basta con mirar hacia los últimos grandes proyectos que "nos van a hacer la vida más fácil" para darnos cuenta de que cada uno nos va a hacer un pequeño agujero en el bolsillo. En Bayamón la Ruta 5, que nos lleva en un abrir y cerrar de ojos a Rexville, hay que pagar 50 centavos. Me parece que la Ruta 10 de Arecibo a Ponce no es de gratis. Y el puente Teodoro Moscoso ya va por la friolera de dos dólares. Todo esto me lleva a la más cruel de las conclusiones: en Puerto Rico las nuevas y mejores carreteras son sólo para los ricos. Y como no me creo rico, me voy a plantar firmemente en la verja en esta ocasión: de ida por la Ruta 66 pagaré $1.50, pero de vuelta, me chuparé la antigua #3, por eso de no dejar que me claven hasta el 8 de basto. Gobierno compartido, gasto compartido.